sábado, 27 de noviembre de 2010

Víctimas

Creo que era Alec Reid quien decía, cuando en los años de plomo del conflicto irlandés empezó a realizar labores de mediación, que él intentaba representar a las víctimas del futuro; que las quería representar, precisamente, con el objetivo de que nunca llegasen a serlo. Supongo que es un sentimiento compartido por muchas víctimas: que nadie vuelva a sufrir lo que ya han sufrido ellas.

No parece claro que sea esa la prioridad de los dirigentes de las asociaciones de víctimas de ETA. Todas a una, han pedido al gobierno español que cierre todas las puertas a la participación política de la izquierda abertzale y a los beneficios penitenciarios para presos de ETA. El mensaje es claro: desean un escenario de vencedores y vencidos.

El daño causado por ETA a sus victimas es terrible. Estas merecen el respeto, la comprensión, el reconocimiento y, en la medida de lo posible, la reparación de la sociedad. Y es comprensible que deseen que sus victimarios cumplan sus penas. Pero también hay que decirlo: están proponiendo un final sin vías para la reconciliación. 

Mientras, otras victimas, también de ETA, han dado el paso de compartir el dolor de otras víctimas, al acudir al acto en memoria de Santi Brouard y Josu Muguruza. Con un gesto sencillo, pero lleno de significado, han mostrado que existe otro camino. Un camino que, por cierto, sería deseable que no fuese unidireccional.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Los saharauis también vueltan

A propósito del Sahara, Zapatero ha confesado lo que todos sabemos: que los intereses están por encima de los principios. Y la ministra Jiménez ha argumentado lo que nadie se cree, a propósito de la negativa del Gobierno español a condenar la violencia marroquí: que el Gobierno no tiene suficiente información sobre lo que sucede en la capital del Sahara occidental. Si eso fuese así, deberían haber rodado cabezas en la cúpula de los servicios secretos españoles.

Hay un ministro, sin embargo, que parece no necesitar más información para dar por buena una de las versiones. El ministro del Interior marroquí le ha contado a su homólogo español que Marruecos no ha hecho uso de la violencia en el desmantelamiento del campamento saharaui. Parece una de aquellas versiones oficiales caricaturizadas, según la cual la Policía no había realizado más que disparos al aire, pero había habido tantos heridos de bala, que la única conclusión posible era que los manifestantes sabían volar.

Rubalcaba dice que se lo ha creído, que su colega le ha dado una explicación detallada y minuciosa que refuta las acusaciones contra Marruecos. No tiene que ser fácil ser ministro del Interior. Uno empieza contando que la Guardia Civil dio un trato exquisito a Portu y Sarasola y termina por creerse que los saharauis también vuelan.

viernes, 12 de noviembre de 2010

El testigo

La ley obliga a Egiguren a comparecer hoy como testigo en el juicio contra Otegi, Permach y Alvarez. Y le obliga, también, a decir toda la verdad y nada más que la verdad. Un acusado tiene derecho a no declarar, a no responder a alguna de las partes e incluso a mentir. Pero un testigo está obligado a contestar a todas las preguntas de todas las partes y a declarar sin faltar a la verdad. El juez se lo recordará hoy antes de que inicie su testimonio y le advertirá que mentir ante el tribunal puede acarrearle una grave sanción, incluso pena de prisión.

Decir toda la verdad es imposible. Pero es posible no decir más que la verdad. Es posible, incluso cuando uno no está obligado a hacerlo por ley, como lo ha demostrado este político tan atípico como valiente esta misma semana, cuando se ha olvidado de lo políticamente correcto ante las cámaras de televisión, hablando de la sinceridad y la credibilidad de la apuesta de la izquierda abertzale. 

Hoy Egiguren vuelve a estar en una situación incomoda. No podrá decir toda la verdad, pero, si como esperamos, dice parte de la verdad, no aportará más que razones para la absolución de los tres políticos encausados. Y, con ello, volverá a ponerse en el punto de mira de quienes le tienen en la primera posición del ranking de los vascos más insultados. Decir la verdad, en política, se paga muy caro. Egiguren lo sabe, pero parece estar dispuesto a pagar el precio.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Gora Obama

La victoria del Partido Republicano norteamericano me ha hecho recordar un acto electoral de hace dos años en Idaho: Dave Bieter, alcalde de Boise puso en pie a los asistentes al mitin, y les hizo gritar por tres veces, en euskera, "Gora Obama!". Eran otros tiempos.

Ahora son tiempos del temible Tea Party. Me pregunto cuantos vasco-americanos habrá entre sus seguidores. Es una duda razonable. Hay excepciones como la del mencionado alcalde o la del congresista por California John Garamendi, pero los descendientes de los pastores vascos han destacado más en el otro bando. Paul Laxalt llegó a ser jefe de campaña del gran Ronald Reagan. Pete Cenarrusa fue durante 36 años secretario de Estado de Idaho. Y su sustituto es Ben Ysursa, también de origen vasco.

Media hora de búsqueda en la red ha sido suficiente para encontrarme con más nombres vascos entre los candidatos del Far West. Rick Yzaguirre, que seguramente pronunciaran Aisaguair como aquel jugador de la NBA, Marc Aguirre, ha sido elegido comisario del condado de Ada. Y Ronald Parraguirre, cuyo apellido debe haber perdido la I inicial, podrá seguir siendo presidente de la Corte Suprema de Nevada. 

Ha sido un alivio no encontrarme con ningun Totorikaguena o Acheritogaray entre la gente del Tea Party. Quizás algún día nos vendrá bien recordarle a Barack Obama las imágenes de aquel "Gora Obama!". Nunca se sabe. Pero esperemos no ver a nadie proclamar nunca "Gora Palin!".